Imagínense a ustedes como una partícula, en el vasto universo de un patio sin suelo, sin tierra, sin luz, sin nada...
En el inicio de la percepción de los sucesos, la nada aparece siendo uno de esos lugares donde solo corre aire, pero tú eres parte de todo esa espesa corriente de energía y partículas, átomos, moléculas y materia que se admira como aire, como viento.
Complemento de toda ciencia, te es permitido ser un nexo entre muchas partículas, para formar un algo en ese espacio eterno, se te dio una cantidad eterna de energía que puedes canalizar en todo lo que sea necesario, tienes un tiempo de existencia para transformarte, tal como dice la ley de la física, “la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma...”
Admirando el potencial que se puede tener si comprendemos la naturaleza humana, después de la física, se puede afirmar que tenemos oportunidades infinitas de transformar nuestra energía para atraer más de lo demás, poder ser un inicio y ser más que el final.
Que no se mal entienda el plano al cual hago referencia; solo es una manera de informar que tenemos más magia de la verdadera, que la que se ve, no hay trucos... solo una manera de imaginar, pedir, recibir y agradecer, sin pasar por el pensamiento de ser religioso o demasiado espiritual, solo uno y el universo.
Pensar en qué es la vida, el por qué existimos, cual es nuestro fin en este mundo y todas aquellas preguntas que de alguna forma no han sido contestadas, atraerá más preguntas a nuestra mente; pero por que mejor no empezar contestando para qué uno quiere saber eso? Un individuo puede lograr que su mente aclare lo que quiere en un segundo y explicar cual es su objetivo de vida en 5 segundos y vivirla toda la eternidad.
Puedes responder todas las preguntas de la forma que se desee, pero el creer en ellas es lo importante, todo atrae todo, todo es parte de todo.
Las partículas, lo que forma esa chispa de vida, lo que hace movernos sobre la tierra, las ondas de luz y todo lo demás que genera nuestra verdadera existencia, se encuentra en nuestro cerebro; existimos tanto adentro como afuera, somos tan reales en nuestra imaginación como en lo que toca la carne, existe lo malo y lo bueno, somos la dualidad entre la imaginación y la materialización; no solo son palabras, son hechos y movimientos en el universo.
Tenemos todo para respirar el aire que queremos, humanos convertidos en pilas que irradian luz, la luz que es reflejada de muchas maneras, no es solo lo que los ojos perciben, los grandes sabios nos han demostrado que cada cuerpo tiene su propia luz, luz llamada aura? alma? fuego interno?, mucho por conocer.
La naturaleza nos enseño que cuando uno se enfrenta al aire en contra, es una partícula inmóvil en un espacio ejercido por la transparencia del viento, si vamos con el viento nos convertimos en el, así atrae el viento, el fuego atrae nuestro cuerpo por que necesitamos calor, el agua nos atrae en muchas formas, nos apasiona, nos purifica, nos refresca, y la tierra nos atrae todo el tiempo, la tierra es nuestro núcleo, si nosotros dejáramos de existir, el núcleo deja de tener vida y se transforma en una roca.
Todo es parte de todo, tú atraes lo que quieres... pero, que realmente quieres???